viernes, 30 de diciembre de 2011

Capítulo 57: Se pilla antes a un mentiroso...

Cuarenta días han bastado para que se le viera el plumero al Presidente de este nuestro país. Todavía recuerdo el 20 de noviembre, aquel en el que en Génova el PP celebraba una grandiosísima victoria electoral y Rajoy se asomaba al balcón y proclamaba a los miles de presentes y a todos los que le estuvieran viendo desde sus casas o lugares de trabajo que iba a gobernar con responsabilidad y para todos. Tal vez fuera la euforia del momento, o su predisposición a decirle a todo un país lo que quería oír... pero el tiempo pone a cada uno en su lugar y esta vez ha hecho falta poco tiempo.

40 días después nos encontramos con que uno de los grandes caballos de batalla del anterior gobierno socialista (la conocida como Ley Sinde) ha terminado siendo aprobada podríamos decir que "por sorpresa". Aunque seamos sinceros, ¿quién no se esperaba que el PP fuera a aprobarla en cuanto tuviera oportunidad?

La cuestión es que este hecho ha dejado claras varias cosas:

En primer lugar, se ha demostrado que no se gobierna para todos, sino para los que más tienen. Estoy convencido de que la grandísima mayoría de los españoles descargan contenidos multimedia de manera "ilegal" (como dirían ellos). Y si no, siempre quedan esos maravillosos informes que nos ponen a la cabeza de todas las listas de piratería.

La cuestión es fácil: tener una mayoría absoluta no te da carta blanca para hacer lo que te dé la real gana. Pensad que si la gente os vota es porque tienen confianza en el trabajo que vais a hacer, y ahora mismo habéis hecho MUY MAL vuestro trabajo. Me está dando la impresión de que un político es extremadamente clasista y no se dignará a tener más contacto con esa especie inferior que son los ciudadanos a menos que sea imprescindible para ganar votos o mejorar su imagen. Si no es así, no me explico cómo nadie es capaz de reunirse con todas las partes interesadas en tocar una ley (a ser posibles todas juntas) ver sus opiniones al respecto y sacar una ley que satisfaga a todos en mayor o menor medida. La realidad es que solo tienen en cuenta a los de siempre y así pasa, que ignoran un pedacito brutal de la realidad.

Lo peor es que esa desinformación, es la que termina llegando a la gran mayoría de la gente. Estoy convencido de que los lloros y lamentos de Lucía Etxebarría sobre la piratería han llegado a más gente que las alabanzas de Neil Gaiman o Paulo Coelho. Si la primera parece amargada por no poder comprarse un castillito escocés como J.K. Rowling lo más fácil es echarle la culpa a la piratería, en vez de pensar de que siendo escritora (y en España justamente) puede vivir con cierta comodidad de ello, y eso es algo que muy pocas pueden decir. La perspectiva de Gaiman y Coelho es otra bien distinta. Lo sencillo (y seguramente lo que te inculque la editorial o distribuidora de turno, que para eso ponen el dinero) es pensar que la piratería te hace perder ventas y dinero porque un libro pirateado es un libro no vendido. Ellos dijeron, bueno... vamos a comprobarlo y para su sorpresa vieron como gracias a Internet su obra tenía una difusión bastante más global que la que sus editoriales detrás de ellos podían ofrecerles (por grandes que fueran). Y no solo eso, sino que en esos países multiplicaron las ventas de sus libros. Creo que las que tienen que cambiar son las editoriales/distribuidoras y no los demás. Si tu modelo de negocio no funciona, cámbialo. Si no lo haces es fácil que acabes jodido. Y si los jefazos no lo ven claro, hay muuuuchos chavales con su licenciatura en administración y dirección de empresas dispuestos a dejar sus pobres trabajos actuales para probar suerte en el sector para el que han estudiado.

Luego tenemos otro factor por lo que la situación a nivel de descargas está como está. Prioridades. La cosa a nivel económico no está muy boyante para la gente. Y entre pagar facturas, comer y tener el disco/libro/DVD del cantante/escritor/serie de moda por no menos de 20 euros está claro cuál es la opción que se descarta. Y ahora que se va a congelar el salario mínimo interprofesional con todos los precios subiendo no va a mejorar la situación.

A nivel de Internet la cosa también está jodida. Ahora pueden cerrar cualquier página web, ya sea que comparta contenidos o simplemente ideas que no convengan. No olvidemos que Internet es un medio más para informarnos, y esto amigos es una forma de censura brutal. Además, hay que tener en cuenta que Internet también ha ido evolucionando con el tiempo. Cuando antes eran las empresas las que tenían Internet para fines más bien comerciales, ahora es la gente la que está dando forma a Internet. Todos somos parte de Internet y ha pasado de convertirse en un producto a prácticamente un derecho más para la gente, por su naturaleza como medio de comunicación, como podían ser los tradicionales. Solo que en los tradicionales la gente de a pie ni pincha ni corta. Quizá esté siendo un poco extremista, pero espero que no terminen censurando todas las páginas con ideas que no convengan o que no se ajusten a lo que quieran hacernos ver.

Y a todo esto, también está el fallo a nivel judicial. A los jueces no les ha hecho ni pizca de gracia que de pasar a ser los que juzgan a la gente que se salta la ley a meras comparsas en este proceso. Básicamente su única tarea ha sido reducida a pedir la identificación de la persona que incumpla la "Ley Sinde" a las compañías que dan acceso a Internet, y eso se lo habrán dejado para que no los dejen apartados de todo el proceso. Aunque en mi opinión la diferencia es nula. Mola ver que un trabajo que solamente tú estás legitimado a hacer pasa a ser para un grupo de funcionarios elegidos a dedo.

Resumiendo, si empezamos a tomar medidas para satisfacer a las minorías de los amiguitos y pasamos del culo de la gente para 2015 solo contemplo 2 opciones. O nos hundimos del todo en las arenas movedizas que los anteriores gobiernos han provocado y no han sabido solucionar o los empresarios, banqueros y demás gente sale más fuerte y la mayoría de la gente estará un poquito mejor que como está ahora.

Abróchense los cinturones que vienen curvas, vertiginosos descensos y tirabuzones.