martes, 30 de octubre de 2007

Capítulo 32: Vuelva ústed mañana

¿A quién no le hablaron en el colegio de este ensayo escrito por Larra?

Poco importa que el siglo sea el XIX o el XXI, ya que como dicen los matemáticos: "El orden de los factores no altera el producto"

Parece increíble que hoy en día no te dejen pagar en el banco un recibo que QUIERES pagar.

¿Por qué? Muy sencillo. Empiezas la semana el lunes y vas al banco. Les dices que quieres pagar el recibo y te dicen que sólo cobran de martes a viernes. Probamos suerte el día siguiente (martes al parecer) y la respuesta nos dejaría atónitos. "Los recibos sólo los cobramos entre los días 1 y 20." Increíble, ¿no nos podrían haber dicho eso el día anterior? Así nos habríamos ahorrado la visita y podríamos buscar otras alternativas.

Tras esto probamos suerte en otro banco. Al intentar pagar en la oficina nos dicen que como el importe es reducido hay que utilizar el cajero. Eso resulta imposible ya que al no ser cliente de ese banco no disponemos de tarjeta ni libreta para poder usar el cajero.

La tercera opción es la de otro banco cercano. Llegamos allí a las 10:07 de la mañana y la respuesta del subdirector nos deja de piedra. El horario para los recibos es de 8 a 10 de la mañana. Vamos, ¿que por 7 malditos minutos no se puede pagar un recibo? Y si piensas que esos 7 minutos te los han hecho perder en el primer banco diciéndote algo inútil y que te podían haber dicho el día anterior...

En fin, es una vergüenza pensar que el tiempo pasa y que las cosas siguen igual. Y que unas empresas que ganan tantísimo dinero sean incapaces de ofrecer un servicio medianamente decente te hace pensar. Señores banqueros, sigan haciendo amigos... y fortuna.

1 comentario:

Mistheart dijo...

No puedes competir con los bancos.
Usan reglas extrañas para el resto de los mortales y hemos de atenernos a sus reglas. Pagamos a esa gente para que use nuestro dinero como queremos.
Son engranajes, yo aún no he conocido banquero alguno que no se lo tenga creido.

Paciencia, algun día podremos hacer lo que necesitemos hacer sin trabas, verdadera libertad sin codigos de barras.